¿HACEMOS UNA CORRECTA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN ARQUEOLOGÍA?

Vanessa Guzmán, Juan F. Gibaja, Millán Mozota, Ariadna Nieto y Silvia Valenzuela

A menudo tenemos la sensación que todo aquello que hacemos en el ámbito de la divulgación científica es correcto, que los resultados esperados son casi siempre positivos y que el público suele estar satisfecho de las actividades realizadas. Ello hace que nos “relajemos” y seamos poco críticos con aquello que explicamos y cómo lo hacemos. En nuestro caso particular, desde que en 2013 iniciamos nuestro camino en el ámbito de la divulgación, apenas habíamos recogido de manera detallada la opinión del público ni efectuado un diagnóstico autocrítico de nuestras actividades. De este modo, solo basábamos nuestras valoraciones en aquello que nos explicaban los asistentes personalmente. Siendo conscientes de nuestro error y de la necesidad de profundizar en la opinión del público, decidimos establecer una colaboración con una psicopedagoga. Esa colaboración ha tenido los siguientes objetivos: evaluar nuestro modelo divulgativo, examinar cómo explicamos los conceptos y cuáles son las herramientas didácticas empleadas, conocer y entender las respuestas de los asistentes y comprender las dificultades con las que se han encontrado los divulgadores y divulgadoras. Este trabajo recoge, por tanto, la metodología empleada y los resultados obtenidos con la evaluación psicopedagógica en relación a las actividades que hemos realizado con tres colectivos: adolescentes dónde la mayoría son inmigrantes, personas con diversidad funcional y Tercera Edad.